Día 202: "Bite the bullet" de Alex North (1975)

Autor de carca de 70 bandas sonoras entre cine y televisión, el músico estadounidense Alex North forma parte del selecto grupo de compositores que más han influido en la historia de la música cinematográfica.
En 1975, entre Shanks y Journey into fear, compuso el score para la película del siempre recomendable Richard Brooks Bite the bullet (Muerde la bala). Se trata de un western ambientado en el desarrollo de una carrera de caballos a través del desierto, lo cual da pie a que North escriba una partitura llena de momentos dinámicos y vivaces entre los que intercala melodías populares que describen el colorido de los estados que atraviesa la competición.
Brooks retoma las claves clásicas del género y North, por su parte, dibuja en su pentagrama toda una combinación de aires musicales rebosantes de impetuosidad dramática, aunque, eso sí, desde una visión un tanto jocosa de la historia que debe trazar musicalmente, aunque con el particular toque atonal que siempre le ha caracterizado.
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Día 201: "The proud rebel" de Jerome Moross (1958)

El músico neoyorquino Jerome Moross tan sólo compuso 15 bandas sonoras para la gran pantalla, pues, como otros autores de la época como Aaron Copland, prefirió decantarse por las obras de concierto. En 1958 escribió el score de la película realizada por Michael Curtiz The proud rebel (El rebelde orgulloso), en un año que marcó un antes y un después en su filmografía, pues en él también compuso la partitura de la que acabaría siendo su creación más importante: The big country.
En The proud rebel Moross recreó y adaptó, en cierta manera, algunas de sus piezas clásicas como la Primera Sinfonía o las Variaciones para un vals, en las que daba énfasis al estilo americana que remarcaba el componente popular de la música de su país, y que desarrollaron músicos tan notables como Aaron Copand o Charles Ives.
En cortes como Main title (el tema principal), The town o The final fight, Jerome Moross da rienda suelta a su pasión por los aires enfáticos y ricos en matices, dotando a la irregular película protagonizada por Alan Ladd y Olivia de Havilland de una intensidad que la refuerza más allá de su carácter de western previsible.

Orquestador: Bernard Mayers.


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Día 200: "Quo Vadis" de Miklós Rózsa (1951)

Julius Caesar, Ivanhoe, That Hamilton woman, Sahara, Plyamouth adventure, Valley of the kings, Lust for life, Ben-Hur, King of Kings, El Cid o Sodom and Gomorrah son algunas de las bandas sonoras que han demostrado la afinidad del músico húngaro Miklós Rózsa por el cine histórico, en mayor o menor medida de ficción. Una de las más representativas es, sin duda alguna, la irregular superproducción dirigida por Mervyn LeRoy y Anthony Mann (este último no acreditado) Quo Vadis. Para recrear el ampuloso mundo romano Rózsa recurrió a su bien conocido estilo enfático en el que predominan las fanfarrias solemnes y las melodías vigorosas, sin desdeñar en absoluto aquellas que remarcan las acciones más incidentales. De hecho, algunas de dichas fanfarrias serían utilizadas con posterioridad en la oscarizada Ben-Hur.
Quo Vadis es un score rítmicamente ejemplar que engrandece a un filme con los defectos tradicionales de las producciones de la época en las que, en ocasiones, se daba prioridad a unos argumentos folletinescos que dejaban de lado la rigurosidad histórica. Pero para Rózsa eso es lo de menos, pues su partitura se sitúa muy por encima de lo superficial al escribir una obra de gran complejidad temática, llena de momentos sublimes y orquestada con el énfasis habitual de su colaborador habitual, Eugene Zador, quien siempre imprimió a las bandas sonoras de Miklós Rózsa de un aire majestuoso y estilísticamente irrepetible.

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Día 199: "Dracula" de John Williams (1979)

Compuesta entre Superman y 1941, la partitura de John Williams para Dracula (Drácula), el inquietante filme dirigido por John Badham y protagonizado por unos espléndidos Frank Langella y Kate Nelligan, es una de sus obras más reputadas, lo cual muestra, en relación a su impresionante filmografía, su innegable calidad artística.

Williams parte de un tema central muy elaborado (Main title), como suele ser habitual en él, que sirve de prólogo a una sucesión de piezas orquestales turbadoras en lo temático que parecen querer eludir las melodías sosegantes. De hecho, el maestro neoyorquino hace hincapié más que en el lado romántico inherente a la historia de Bram Stocker, en el componente melancólico y trágico de un personaje atormentado por su pasado. Drácula es un ser que vive una angustia vital en cierto modo paradójica, pues goza en el fondo de una vida oscura y llena de perturbaciones. Para describir este mundo lóbrego, John Williams recurre a su estilo académico en el que los instrumentos de la orquesta parecen confundirse con los diálogos y con la ambientación. Y esa es precisamente su genialidad, en este score y en la mayoría de los que ha compuesto: vincular su música con la historia sin que se perciba.

Orquestador: Herbert W. Spencer.






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Día 198: "Flipper" de Joel McNeely (1996)

60 bandas sonoras entre cine, televisión y videojuegos conforman la filmografía de uno de los mejores compositores de los últimos años: Joel McNeely. Aunque sus scores se suelen centrar en producciones familiares, McNeely siempre ha sido un autor cuyo ecléctico estilo le ha permitido adaptarse a todo tipo de películas o series.
En 1996, entre dos de sus bandas sonoras más importantes, Gold diggers y Shadows of the Empire (VG), el músico nacido en Wisconsin compuso una partitura que parecía destinada a ser escrita por él: el remake de Flipper. Junto a canciones de artistas como Matthew Sweet o The Beach Boys, el sello MCA editó el score original, aunque tan sólo diez cortes. Sin embargo, son suficientes como para demostrar que nos encontramos ante una pieza musical de primer orden, quizás no demasiado original en lo temático (muy deudora del cine familiar) pero sí con una energía y solvencia típicas de toda su obra cinematográfica.
Flipper ha sido muy criticada por incluir entre sus temas centrales (McNeely no es en absoluto avaro en la elaboración de melodías principales) uno con clara reminiscencia al compuesto por James Horner para Legends of the fall. Pero dicho tema, que se repite en diversas variaciones, es solamente uno más de un conjunto de indiscutible belleza y esplendor sinfónico.

Orquestador: David Slonaker.


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Día 197: "Lost" de Michael Giacchino (2004-2010)

A pesar de tener tan sólo 41 años, el oscarizado músico norteamericano Michael Giacchino ya ha compuesto cerca de 80 bandas sonoras entre cine, televisión, y videojuegos. 2004 fue sin duda su año pues en él se dan cita dos de sus scores más representaticos: The Incredibles y la serie Lost (Perdidos). No es casual la inclusión en el blog de Lost pues su emisión acaba de terminar después de 6 largas y electrizantes temporadas. Creada por J. J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber, después de todo este tiempo es innegable que se ha convertido en todo un fenómeno artístico y, principalmente, mediático.
Dejando de lado consideraciones personales sobre su polémica conclusión, y centrándome en la partitura de Giacchino, ésta forma parte inseparable de la rocambolesca y fantástica historia, casi como si se tratase (lo cual es siempre crucial a la hora de calificar una banda sonora) de un intérprete más de la serie. Es además de suponer el ingente esfuerzo del compositor en la escritura de 114 episodios, aunque haya recurrido en más de una ocasión a material reiterado para subrayar la acción incidental. Sin embargo, Giacchino ha demostrado su enorme aptitud en la descripción de situaciones, por lo general centradas en lo dramático y lo melancólico. Elude los trazos superficiales concentrándose en melodías muy 'herrmannianas' que acentúan el suspense y que refuerzan, en definitiva, una trama modelo de creatividad.
Finalmente, reseñar que aunque incluya como imagen la carátula de la primera temporada, el comentario se refiere a las seis, de las que cinco ya han sido editadas, a fecha de hoy, por el sello Varèse Sarabande.

Orquestadores (principales): Michael Giacchino & Chad Seiter.


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Día 196: "Madre Teresa" de Guy Farley (2003)

La emotiva miniserie italiana Madre Teresa, protagonizada por Olivia Hussey y dirigida por Fabrizio Costa, refleja con pasión y reverencia la vida de la Madre Teresa de Calcuta. Es quizás un biopic sobre el que pesa la losa del medio televisivo, por otra parte inevitable en este tipo de producciones de relativo bajo coste, pero que se beneficia de la música escrita por el compositor británico Guy Farley.
Autor de cerca de 40 bandas sonoras, Farley es uno de los autores menos reconocidos dentro de la industria cinematográfica. Ello es debido a la escasa repercusión de las películas en las que ha intervenido, por lo general a medio camino entre Italia y Gran Bretaña. Para Madre Teresa ha compuesto un score admirable en lo melódico y notable en lo detallista de su elaboración. Partiendo de un nostálgico tema central, personificado en Main titles y End titles, acaba confeccionando una obra que no elude las reminiscencias hindúes y que seduce por su abierta delicadeza. Recuerda posiblemente en más de un momento a las obras de John Barry, pero Farley posee el suficiente temperamento artístico como para considerarlo un músico de carácter que a buen seguro nos mostrará en el futuro más dosis de su talento.

Orquestadores: Guy Farley y Christopher Slaski.


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Día 195: "Jeepers Creepers" de Bennett Salvay (2001)

Bennett Salvay es uno de los compositores más interesantes de los últimos años, y ello debido principalmente a sus colaboraciones con el realizador Víctor Salva: The nature of the beast, Rites of passage, Peaceful warrior y las dos partes de Jeepers Creepers. El resto de su filmografía se centra casi en exclusiva en series televisivas como What about Brian o Windfall.
En el caso de Jeepers Creepers (y, por extensión, de su secuela), Salvay compuso un score muy consciente del material cinematográfico que tenía entre manos, pues en su práctica totalidad firma una música oscura, siniestra y plena de recovecos perturbadores. Pero lo más destacable de la banda sonora no es su talento a la hora de retratar el terror sino su capacidad de sortear lo más fácil, es decir, la acumulación de tópicos del género (sonidos sintetizados, percusión atronadora,....).
Partiendo de las enormes posibilidades de los instrumentos orquestales, Bennett Salvay se recrea en la experimentación, dotando con ello al filme de un aire aún más pavoroso.

Orquestadores: Bennett Salvay, Randy Kerber y Lolita Ritmanis.


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Día 194: "An american werewolf in London" de Elmer Bernstein (1981)

Animal house, The Blues Brothers, An american werewolf in London, Trading places, Twilight zone:The movie, Thriller (videoclip) e Into the night parecían demostrar que a principios de los años 80 nos encontrábamos ante uno de los más prometedores directores de las últimas décadas. Pero tras posteriores fracasos tan sonados como Spies like us, Three amigos! o Coming to America, la carrera de John Landis empezó una curva descendente que no ha dejado de bajar hasta el momento.
Con su tercera película, Animal house, empezó una fructífera relación artística con el compositor neoyorquino Elmer Bernstein, con el que volvería a colaborar en cinco ocasiones posteriormente, casi siempre desde la acentuación del componente cómico. Curiosamente su score más interesante tan sólo cuenta con apenas diez minutos de música: An american werewolf in London (Un hombre lobo americano en Londres). Es una obra que arranca con uno de los temas más melancólicos de la historia del cine, melodía que anuncia con suma delicadeza el drama que se avecina. El resto de la partitura juega con el lado más sombrío de la historia, evitando describir los momentos de comedia, más o menos lacónica, que introduce con pinceladas Landis, quien prefiere dejar a la selección musical de canciones el subrayado burlesco.
Indicar finalmente que aún no existe edición oficial en CD de la banda sonora.


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Día 193: "Spartacus" de Alex North (1960)

Spartacus (Espartaco) es una de las grandes obras maestras del séptimo arte. Dirigida por Anthony Mann (prólogo de la cantera) y Stanley Kubrick, la película protagonizada por Kirk Douglas, Laurence Olivier, Jean Simmons, Tony Curtis, Charles Laughton, John Gavin, John Ireland y Peter Ustinov (posiblemente el reparto más impactante de la historia del cine), fue en su momento un enorme éxito de crítica y público. Además, la gestación de su producción es digna de estudios monográficos debido a su gran complejidad y a los problemas entre gran parte del mencionado reparto.
Para la elaboración del score, el productor y protagonista Kirk Douglas contó con uno de los más importantes compositores del momento, y, por extensión, de todos los tiempos: Alex North. El músico nacido en Chester (Pensilvania) creó una partitura que seguía en cierta manera la línea marcada por autores como Alfred Newman o Miklós Rózsa, en la que dominaba la temática pomposa pero no carente de emotividad.
En Spartacus encontramos toda una serie de temas que muestran el estilo innovador de North, en especial aquellos que sirven de base a los secundarios, como son Overture, Main title, The final battle o Love theme from Spartacus. Es un conjunto de impresionante fuerza sinfónica que no decae en ningún momento y que refleja la clarividencia de un artista único e irrepetible. De hecho, es una obra tan influyente que incluso Lalo Schifrin afirma que se convirtió en compositor de bandas sonoras gracias al score de North.

Orquestadores (no acreditados): Maurice de Packh, Samuel Matlovsky, Edward B. Powell y David Tamkin.



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Día 192: "Meet Joe Black" de Thomas Newman (1998)

El músico Thomas Newman, nacido en Los Ángeles hace 54 años, es hijo del gran Alfred Newman, además de sobrino de Emil y Lionel Newman, primo de Randy Newman y hermano de David Newman. Como se suele decir en estos casos: todo queda en casa. Obviamente, la influencia familiar ha marcado no sólo su carrera sino, en cierta manera, su estilo. Sin embargo, Thomas Newman se ha caracterizado por poseer una personalidad independiente desde el punto de vista formal, acercándose más a los postulados temáticos modernos que al clasicismo paternal.
De entre sus composiciones destacan The war, Little women, Oscar and Lucinda, The horse whisperer, Road to Perdition y, especialmente, Meet Joe Black (¿Conoces a Joe Black?). La polémica película dirigida por Martin Brest y protagonizada por un despistado Brad Pitt, un lacónico Anthony Hopkins y una apasionada Claire Forlani, sufrió en su estreno algunas de las más duras críticas que se recuerdan en años. Pero el filme de Brest, pese a sus deficiencias (en particular su excesiva duración de tres horas), no resulta del todo fallido por describir con vehemencia el contraste entre el amor y la muerte.
En relación al score de Thomas Newman, el músico angelino concibió una composición conscientemente recargada en lo romántico, pero sin acercarse al peligroso terreno de lo sensiblero. Gracias a temas como Meet Joe Black o That next place (archivo de Goear), la banda sonora realza la película de una forma como pocas veces se ha visto en pantalla grande. De hecho, la incidentalidad tradicional de la música se convierte en este caso en figura protagonista de la historia, formando una perfecta comunión entre dos artes que parecen haber nacido el uno para el otro.

Orquestadores: Thomas Pasatieri y Chris Boardman (música diegética de la fiesta).

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Día 191: "A sound of thunder" de Nick Glennie-Smith (2005)


Capricorn One, Hanover Street, Outland, 2010, Narrow margin o The relic son algunas de las películas dirigidas por Peter Hyams, uno de los realizadores más interesantes del cine comercial norteamericano. Sin embargo, y a pesar de que muchas han tenido un merecido éxito de público, últimamente sus filmes no han gozado del fervor popular; en particular hago referencia a End of days, The musketeer, Beyond a raisonable doubt y A sound of thunder (El sonido del trueno). Esta última es un fallido, aunque interesante, intento de recuperar las historias de viajes en el tiempo, pero que adolece de unos efectos visuales a la altura de las circunstancias y, sobre todo, de un sólido argumento. Para subrayar musicalmente la película Hyams contó con la inestimable colaboración del compositor londinense Nick Glennie-Smith.
A pesar de tener cerca de 60 años, sólo ha escrito unas 20 bandas sonoras para la gran pantalla, entre las que destacan The man in the iron mask y We were soldiers. En el caso de A sound of thunder nos encontramos ante una vistosa y dinámica creación que toma como punto de referencia su tema central, uno de los más ingeniosos de los últimos años. Glennie-Smith juega en su desarrollo con unas texturas instrumentales de envidiable solvencia, otorgando a la orquesta un brillante protagonismo. El resto de la banda sonora es quizás más predecible, con temas en cierta medida episódicos, aunque con la suficiente identidad como para formar un conjunto muy recomendable dentro del cine de acción.
Como detalle indicar que el score original aún no ha sido editado oficialmente.

Orquestador: Benoît Groulx.



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Día 190: "Marnie" de Bernard Herrmann (1964)

The trouble with Harry, The man who knew too much, The wrong man, Vertigo, North by northwest, Psycho, The birds (efectos de sonido) y Marnie, aparte de algunos episodios de la serie televisiva The Alfred Hitchcock hour, conforman la colaboración entre el realizador británico Alfred Hitchcock y el compositor norteamericano Bernard Herrmann. Todas ellas son obras que son historia viva del cine y la televisión del siglo XX, y muestra evidente del genio de dos artistas irrepetibles.
Marnie (Marnie, la ladrona) fue su última colaboración antes del triste e injusto enfrentamiento producido por el score para Torn curtain. Para la excéntrica y singular película protagonizada por Sean Connery y Tippi Hedren, curiosamente masacrada por la crítica en su estreno aunque hoy en día considerada por muchos como una obra maestra, Herrmann compuso un tema central intensamente romántico que no evita su particular visión musical de lo angustioso. De hecho, Marnie es una obra que mezcla con maestría lo tenso con lo lírico, en una fusión melódica que cautiva desde los primeros compases de su célebre Prelude hasta un Finale que cierra con frenesí un score intachable de un autor insuperable.

Orquestador: Bernard Herrmann.


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Día 189: "Blizzard" de Mark McKenzie (2003)

Desde Young Sherlock Holmes hasta Cirque du Freak: The vampire's assistant Mark McKenzie se ha forjado una merecida fama como uno de los más importantes orquestadores de música cinematográfica. Pero entre ambas bandas sonoras podemos encontrar otras de la repercusión de The boy who could fly (Broughton), Dances with wolves (Barry), Alive (Newton Howard), Sleepy Hollow (Elfman), The sum of all fears (Goldsmith), Eight below (Isham) o Robots (Powell). 25 años, por lo tanto, de filmografía como reputado instrumentista que, a buen seguro, serán muchos más.
Pero McKenzie también destaca como autor. Aunque solamente ha compuesto 17 scores para el cine y la televisión, todos ellos, desde el tenebroso Son of darkness (1991) hasta el emotivo Saving Sarah Cain (2007), conforman una obra sin hendiduras que plasma su incuestionable personalidad y carisma como artista.
En 2003 compuso la partitura para la aventura navideña Blizzard (Blizzard: El reno mágico), dirigida por uno de los protagonistas de la serie Star Trek, LeVar Burton. McKenzie parte del espectacular tema Blizzard Suite (utilizado además para la apertura de los Oscar en su edición nº 75) para introducir una sucesión de melodías a cada cual más sugerente y armoniosa. Se trata de una banda sonora de refinadas sonoridades, sin altibajos en su estructura y profundamente delicada.
Mark McKenzie nos confirma con esta mágica y festiva pieza musical que es un autor con mayúsculas que, como otros ya citados con anterioridad en el blog, se merece una mejor suerte en su andadura profesional, pues está muy por encima de la mayoría de los habituales en las producciones norteamericanas.

Orquestadores: Mark McKenzie y Patrick Russ.


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Día 188: "Merlin" de Trevor Jones (1998)

El músico sudafricano Trevor Jones siempre permanecerá en mi memoria por el inolvidable concierto de la primera edición de Soncinemad en Madrid, en el que, pese a sus carencias como director de orquesta, demostró a través de su música que los grandes compositores son aquellos que combinan con sutileza las melodías ingeniosas con la incidentalidad eficiente.
Muchas de sus bandas sonoras tienen un lugar de honor en las discotecas de los aficionados, destacando, entre otras, The Dark Crystal, Arachnophobia, Desperate measures, Thirteen days y la miniserie televisiva Merlin. Con un reparto estelar encabezado por Sam Neill, Isabella Rossellini, Martin Short y Miranda Richardson, esta versión de las andanzas medievales artúricas prueba que no siempre la música para la pequeña pantalla carece de interés. Jones, secundado por la Orquesta Sinfónica de Londres, evoca dicho mundo, a medio camino entre la realidad y la fantasía, mediante una serie de temas que lo abordan con mesurada majestuosidad.
Merlin es un score brillante y apasionado, orquestado de manera ejemplar, y que nos ofrece lo más honesto de un autor de sólida formación que siempre imprime un fuerte carácter a sus creaciones.

Orquestadores: John Bell, Trevor Jones, Geoff Alexander, Edmund Butt & Julian Kershaw.

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Día 187: "Captain James Cook" de José Nieto (1987)


Ganador de 6 premios Goya (El bosque animado, Lo más natural, El rey pasmado, El maestro de esgrima, La pasión turca y Sé quién eres) José Nieto (Madrid, 1942) es uno de los compositores cinematográficos más importantes de la historia del cine español. A la altura de autores clásicos como Manuel Parada, Juan Quintero, Antón García Abril o Jesús García-Leoz, así como de contemporáneos de la calidad de Ángel Illarramendi, Alberto Iglesias o Roque Baños, la filmografía de Nieto es un ejemplo de profesionalidad y en ella brillan con luz propia partituras que merecerían un reconocimiento más internacional. Sin embargo, el músico madrileño, como ahora Alberto Iglesias o Javier Navarrete, también ha tenido oportunidad de intervenir en producciones fuera de nuestras fronteras, como es el caso de la magnífica serie británica Captain James Cook (Capitán Cook), dirigida en 1987 por Lawrence Gordon Clark y protagonizada por un excelente Keith Mitchell, y que cuenta con una banda sonora que mezcla con inspirada sensibilidad la música étnica con la más puramente cinematográfica, y de la que, desgraciadamente, no existe aún edición oficial, tan sólo una extensa Suite, formada por los temas Overture & Arrival in Tahiti / Captain Cook / Captain's death & The end (12:35). La grabación editada por Colosseum y Varèse Sarabande corresponde al concierto celebrado el 15 de mayo de 1989 en Sevilla y en el que el propio compositor dirige a la Orquesta Sinfónica de Madrid.

Orquestador: José Nieto.
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Día 186: "War and peace" de Jan A. P. Kaczmarek (2007)

War and peace (Guerra y paz) es una nueva adaptación, en este caso en formato de miniserie para la televisión, dirigida por Robert Dornhelm y Brendan Donnison que se aleja un tanto de la espectacular versión protagonizada por Henry Fonda y Audrey Hepburn en 1956, pero se acerca más a la interpretada por Anthony Hopkins y Morag Hood en1972, aunque sólo sea por el mero hecho de ser ambas producciones para la pequeña pantalla.
En esta ocasión el encargado de escribir el score ha sido el polaco Jan A. P. Kaczmarek quien, consciente del inspirador material narrativo, ha compuesto una banda sonora de profunda emoción que demuestra su gran capacidad dentro del terreno de lo sentimental, en especial en el bellísimo y extenso tema Andrey and Natasha in love (archivo de YouTube). Además, Kaczmarek no deja de lado el componente dramático inherente a la historia, centrado en temas enérgicos y generosamente orquestados como Nicolay at war o Russian victory.
War and peace es pues una banda sonora que confirma al músico polaco como un referente del panorama actual y que, a buen seguro, seguirá en el futuro deleitándonos con otras obras de igual delicadeza melódica.

Orquestadores: Dylan Maulucci & Marek Szpakiewicz.
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Día 185: "How the west was won" de Alfred Newman & Ken Darby (1962)

El mundo del cine del oeste nos ha legado grandes películas como Red River, The naked spur, The big country, The searchers o Dances with wolves. Todas ellas cuentan además con destacables bandas sonoras escritas, respectivamente, por Dimitri Tiomkin, Bronislau Kaper, Jerome Moross, Max Steiner y John Barry.
El western posiblemente más célebre, sino entre los críticos sí entre el gran público, es la mastodóntica producción How the west was won (La conquista del oeste), dirigida a cuatro manos por John Ford, Howard Hawks, George Marshall y Richard Thorpe. Desarrollada como un relato más o menos épico de la reciente historia norteamericana, la película se ve perjudicada por un guión endeble y falto de carisma, además de por una realización muy dependiente del formato CinemaScope.
La música fue compuesta por uno de los grandes autores del Hollywood dorado: Alfred Newman. El autor de scores como The razor's edge, Captain from Castile, Anastasia o Airport firmó un tema principal que es historia viva de la música del siglo XX, a la altura de los creados por Jerome Moross para The big country o Elmer Bernstein para The magnificent seven.
Pero Newman no se conformó con escribir una mera sucesión de variantes del tema central; más bien todo lo contrario. Como gran artista que es, compuso una banda sonora cuya estructura temática se caracterizó por la creatividad en cada uno de los cortes y que recorren, en líneas generales, todo el espectro estilístico musical para acabar regalándonos una obra de puro y emotivo clasicismo a lo 'americana'.
Reseñar finalmente la participación en los arreglos y la dirección corales de Ken Darby, quien aparece en los créditos como asociado del score.

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Día 184: "The 13th warrior" de Jerry Goldsmith (1999)

The 13th warrior (El guerrero nº 13), originalmente titulada Eaters of the death (Devoradores de muertos), fue el fallido intento de convertir a Antonio Banderas en una estrella cinematográfica fuera del ámbito latino. Sin embargo, el relativo fracaso comercial de la ejemplar película de John McTiernan lo dejó en mero intento.
En un principio el productor ejecutivo y autor de la novela original, Michael Crichton, contrató para la composición de la música a Graeme Revell, quien escribió un score de oscuras sonoridades muy alejado del épico trabajo firmado posteriormente por el genio californiano Jerry Goldsmith.
The 13th warrior, situada cronológicamente entre la irregular The Mummy y la terrorífica The haunting, es una obra que muestra el lado más heroico de Goldsmith, quien ya mostró su gusto por lo legendario en remarcables scores como First knight o Lionheart. Destacan, dentro de un conjunto estructurado con maestría, temas como Semantics (modelo de subrayado incidental), The cave of death (prototipo de tema sombrío) o, sobre todo, Valhalla/Viking victory (corte de innegables valores en el que Goldsmith describe el enfrentamiento final entre el bien y el mal con un sentido de lo grandioso realmente lúcido).

Orquestador: Alexander Courage.



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Día 183: "Space Camp" de John Williams (1986)

Incomprensiblemente sólo se ha editado en una ocasión en CD (publicación japonesa de 1992 de únicamante 1000 copias) una de las más interesantes bandas sonoras de John Williams: Space Camp (SOS: Equipo Azul). Situada entre la serie de televisión Amazing stories y The witches of Eastwick, Space Camp es considerada por el propio autor como una de sus mejores obras (llegó a afirmar que era su favorita), y no en vano pues nos encontramos ante un score de evidente fuerza y carisma que desde su Main title hasta el pegadizo tema que da título a a la película (muy al estilo olímpico), y que corresponde con los créditos finales, ofrece todo un recital musical pleno de imaginación.
La película del ahora olvidado Harry Winer protagonizada por Kate Capshaw (esposa de Spielberg), Tom Skerrit y un irreconocible Joaquin Phoenix, no ha pasado precisamente a la historia del cine por sus valores artísticos, aunque sí se podría afirmar que es un filme familiar de puro e intrascendente entretenimiento. La música de Williams parece dejar de lado la ingenuidad de la historia para centrarse en la elaboración de una partitura rica en matices que evita lo pretencioso del cine de aventuras espaciales para centrarse en su lado más humano, aunque sin despreciar el carácter épico del argumento.

Orquestador: Herbert W. Spencer.


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Día 182. "The great raid" de Trevor Rain (2005)

El caso del músico sudafricano Trevor Rabin es muy peculiar dentro de la historia del cine, pues empezó su carrera justo después de abandonar el liderazgo como guitarrista y teclista de la banda de rock sinfónico Yes. De hecho, gran parte de sus scores para la gran pantalla tienen ese toque tan especial de las canciones compuestas para el grupo.
Su pasión por la música le viene de familia, pues su padre era miembro de la Orquesta Filarmónica de Johanesburgo. Desde pequeño estudió piano y guitarra, decantándose en un principio por el segundo instrumento, lo que le facilitó su entrada en el mundo del rock. No obstante, su afinidad con el clasicismo hizo que, al final, su vida profesional se decantara por las composiciones orquestales.
De las cerca de 40 bandas sonoras que configuran su filmografía, destacan, entre otras, Armageddon, Snakes on a plane, National Treasure y, sobre todo, The great raid (El gran rescate). Historia de superación ambientada al final de la Segunda Guerra Mundial en un campo de prisioneros en Filipinas, la película se beneficia del modélico y arrebatador score de Rabin, quien se desmarca de su habitual estilo adrenalínico muy próximo a MediaVentures en el que la percusión parece tomar el control absoluto de la música. En el caso de The great raid los sonidos atronadores acaban cediendo paso a las melodías conmovedoras, en especial su tema central, formando un conjunto de enorme sensibilidad que impresiona por su sentido de lo emotivo.

Orquestadores: Tom Calderao, Gordon Goodwin & Trevor Rabin.



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Día 181: "Harry Potter and the Half-Blood Prince (VG)" de James Hannigan (2009)

Hasta la fecha he incluido en la selección bandas sonoras de cine y de televisión, pero aún no me había decantado por otro medio como el de los videojuegos. Confieso mi distanciamiento del mismo, quizás por desconocimiento o por considerarlo menor. No obstante, y a fuerza de ser honestos, muchos compositores de música cinematográfica suelen escribir con cierta regularidad para creaciones multimedia, aunque, por lo general, los grandes autores prefieren evitarlo.
En la actualidad el compositor británico James Hannigan es uno de los más importantes. De hecho, toda su obra es para videojuegos.
En 2009 compuso la partitura para la versión 'informatizada' de la película Harry Potter and the Half-Blood Prince (Harry Potter y el misterio del Príncipe). Hannigan se distanció del insustancial score cinematográfico de Nicholas Hopper, demostrando que si los productores lo hubiesen contratado la elección habría sido mucho más acertada.
La banda sonora, interpretada magistralmente por The Philharmonia Orchestra, se abre con dos lujosos temas, Return to Hogwarts (archivo de Goear) y Quidditch tryouts, que definen a la perfección lo que supone el resto de la partitura, es decir, una sucesión de melodías alejadas de lo superfluo y que evocan con insólita pasión el universo mágico de J. K. Rowling.

Música adicional: Evan Jolly & Jeremy Soule.



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Día 180: "White Fang" de Basil Poledouris, Shirley Walker, Fiachra Trench & Hans Zimmer (1991)

White Fang (Colmillo Blanco) es un caso más de banda sonora sin publicar oficialmente. Tan sólo existen (imagen) grabaciones bootleg de deficiente sonido. Así que no sería de extrañar que el próximo año, coincidiendo con su 20º aniversario, alguno de los sellos punteros en la actualidad decidiera editarlo.
La película de Randal Kleiser basada en la novela de Jack London es un canto a la belleza de la naturaleza, pero sin obviar su lado más salvaje e indómito. Para describirlo el músico norteamericano Basil Poledouris compuso un score que mezcla con perspicacia lo enfático y sensitivo de la instrumentación orquestal (que cuenta además con música adicional de Shirley Walker y Fiachra Trench) con lo más distante de la música electrónica (parte de ella compuesta por Hans Zimmer).
White Fang no es quizás la obra más destacable de Poledouris, posiblemente por ser en realidad el resultado de la colaboración de muy diversos autores. Sin embargo, sí es una pieza musical de indudable delicadeza, en especial su tema central, ejemplo perfecto del estilo de un artista dotado para las melodías perdurables.

Orquestadores: Greig McRitchie, Fiachra Trench y Shirley Walker.



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Día 179: "Tombstone" de Bruce Broughton (1993)

Hablar de Bruce Broughton es hablar de dos obras maestras infinidad de veces citadas: Young Sherlock Holmes y Silverado. El resto de sus bandas sonoras cinematográficas, aunque en cierta manera parecen situarse por debajo en cuanto a su repercusión y calidad, también merecen, al menos determinadas, un lugar de honor dentro de su filmografía. Una de ellas es Tombstone, tradicionalmente considerada como el alter ego de Silverado.
Broughton compuso el score de la película de George Pan Cosmatos inspirándose de nuevo en autores como Leonard Bernstein o Aaron Copland. Volvió a diseñar una partitura de 'espacios abiertos', espectacular en lo temático y contenida en la descripción de situaciones cotidianas.
Según afirma el compositor, Tombstone es una obra que intenta resaltar el lado más intenso de la historia, algo que suele ser del gusto de los aficionados. De esta manera, tanto la música como la película adquieren un sentido, quizás más recargado, pero más práctico, pues no se debe olvidar que, en el fondo, se trata de una producción de acción y de puro entretenimiento.

Orquestador: Don Nemitz.

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Día 178: "Lost horizon" de Dimitri Tiomkin (1937)

Lost horizon (Horizontes perdidos) fue la sexta banda sonora compuesta por el músico ucraniano Dimitri Tiomkin, y su primera obra de repercusión notable. Después llegarían otras que conformarían una de las filmografías más apasionadas y destacables de la historia del cine. Basta citar como ejemplos obras maestras como Duel in the sun, Red River, Cyrano de Bergerac, High noon, Strangers on a train, The high and the mighty, Land of the pharaohs, Search for Paradise, The Alamo o The fall of the Roman Empire.
La película de Frank Capra Lost horizon posiblemente ha envejecido con el paso de los años, pues su tono fantástico teñido de almibaradas dosis melodramáticas han hecho de ella una obra digna pero sobrevalorada. Todo lo contrario sucede con el score de Tiomkin, quien firma una partitura que se sitúa entre lo elegíaco y lo épico, en una demostración de su plausible capacidad a la hora de describir mediante el pentagrama acciones ampulosas. Sin embargo, es necesario reseñar la crucial labor de los nueve orquestadores y del director Max Steiner, quienes contribuyen de manera decisiva en el brillante resultado final de la obra.

Orquestadores:
Charles Maxwell, Herman Hand, Max Reese, William Grant Still, Bernard Kaun, Hugo Friedhofer, George Parish, Robert Russell Bennett & Peter Brunelli (no acreditados).




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Día 177: "A.I.: Artificial Intelligence" de John Williams (2001)


Una de las mayores virtudes de John Williams es su versatilidad. Toda su filmografía es como un diccionario de géneros cinematográficos, y es por ello, y por su inmenso talento, que su prestigio como compositor se sitúa en lo más alto de la industria.
Su estrecha colaboración con Steven Spielberg es digna de un extenso análisis. Salvo en The color purple ha intervenido en todas sus películas para la gran pantalla. Uno de sus más recientes scores conjuntos corresponde al filme de ciencia-ficción A.I.: Artificial Intelligence (A.I.:Inteligencia Artificial), curiosamente estrenado en el clarkiano año 2001. Basada en una historia de Stanley Kubrick, y escrita por el propio Spielberg, la película supuso en su momento un relativo fracaso comercial, y hasta cierto punto crítico (pese a que muchos la consideran una de sus obras maestras). Gran parte del mérito artístico de A.I. reside en la partitura de Williams, quien escribió una música que mezcla con pericia lo tonal (The reunion) con lo atonal (Cybertronics), en una prueba más de esa mencionada capacidad de adaptarse a todo tipo de historias y situaciones.
En los últimos años el músico neoyorquino parece decantarse por este tipo de bandas sonoras, alejándose, en cierta manera, de aquellas creadas en los años 70 y 80, y que (salvo excepciones) plasmaban un universo musical más comercial y menos dado a experimentar.

Orquestadores: John Neufeld y Conrad Pope (no acreditado).




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Día 176: "Big" de Howard Shore (1988)

Aunque la filmografía del compositor canadiense Howard Shore suele decantarse por las producciones destinadas a un público adulto, en ocasiones, escasas en realidad, se ha adentrado en el mundo del cine familiar. Basta citar como ejemplos más significativos Mrs. Doubdtfire, The last Mimzy y, sobre todo, Big. La popular película de Penny Marshall supuso el espaldarazo definitivo del actor Tom Hanks, quien gracias a su conmovedora interpretación consiguió que la historia de un niño despertado de la noche a la mañana como hombre sedujera a medio mundo.
La partitura de Shore se centra en el lado más sentimental de la historia, casi bordeando lo excesivamente edulcorado, pero saliendo airoso de la aventura gracias a su indudable temperamento como autor.
Su extenso epílogo, Goodbye and Ed titles, es el tema más representativo de la banda sonora, y en él se dan cita los momentos más apasionantes y lúcidos, representados en una melodía que toma al piano como actor principal secundado por una sección de cuerda que retrata con delicadeza el universo infantil. El resto es una sucesión temática que va desde lo misterioso (Zoltar) hasta lo más lúdico (Toy store walking piano), en un conjunto que hará las delicias de aquellos que busquen el lado más tierno de la música de cine.

Orquestador: Homer Denison

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Día 175: "Ben-Hur" de Carl Davis (1925-1987)

The big parade, The thief of Bagdad, Greed o The General son algunas de las composiciones del músico neoyorquino Carl Davis de toda una magnífica serie de partituras que volvieron a poner música a clásicos del cine mudo. Sería muy aventurado seleccionar una de dicha serie, pero posiblemente Ben-Hur es la más destacable.
La película fue dirigida en 1925 por Fred Niblo y protagonizada, muy al estilo sobreactuado del momento, por Ramón Novarro, Francis X. Bushman y May McAvoy. Resultó la producción más arriesgada de la Metro Goldwyn Mayer hasta la fecha, pero afortunadamente para la major supuso un enorme éxito de público y crítica. De hecho, es considerada la mejor versión de la ingenua novela del general Lewis Wallace, quien escribió una historia de profundas emociones pero muy cándida desde el punto de vista literario.
El score de Davis, que afortunadamente no intenta imitar el compuesto en 1959 por Miklós Rózsa, es un alarde melódico, desde sus monumentales Opening titles (archivo de Goear) hasta el más romántico Esther and the young prince, pasando por los épicos The chariot race y Ben-Hur's return.
Toda la banda sonora es poderosa, sin resquicios, y una prueba inapelable de la clarividencia de un autor que siempre ha sabido emocionar desde lo equilibrado y académico.

Orquestador: Colin Matthews.




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Día 174: "Journey to the center of the Earth" de Andrew Lockington (2008)


Andrew Lockington, canadiense de tan sólo 36 años, es un autor no demasiado reconocido en el mundo de la música cinematográfica, pues su trayectoria no supera las 20 bandas sonoras, 10 de ellas para la gran pantalla. Además, dichos trabajos se han caracterizado hasta la fecha, salvo la espectacular City of Ember, por su simplicidad y aparente carencia de medios.
Para Journey to the center of the Earth (Viaje el centro de la Tierra), una de las últimas películas protagonizadas por Brendan Fraser, Lockington sorprende a propios y extraños gracias a un score de refrescante clasicismo que demuestra que el músico norteamericano tiene su lugar en el cerrado grupo de los compositores de cine. Es una obra, en definitiva, recomendable no por su originalidad sino por su tono alegre y hasta desenfadado, a años luz de las atonalidades del clásico de 1959 de Bernard Herrmann, pero con la sufiente personalidad como para considerarla una obra de carácter.

Orquestador: Nicholas Dodd

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